Una buena manera de "esquivar" agresiones verbales y cómo sacar provecho de ellas.
- Lucas Fernández Castro Socolich
- 25 jun 2018
- 3 Min. de lectura
Como todos sabemos, las sociedades actuales están contaminadas de estrés, de ansiedad, de la "no tolerancia" y nosotros estamos inmersos en medio de todo esto. Nunca faltan tampoco las agresiones verbales y hasta físicas. A pesar de todo esto, si nosotros queremos mantener un buen clima, ya sea laboral, académico o en la vida cotidiana, debemos mantener la calma y no perder el autocontrol. Tenemos que saber que lo que la persona agresora (ya sea verbal o físicamente) desea es aprovecharse de nuestro enojo, nuestra ira y de los sentimientos de culpa, quiere que perdamos el control de nuestras emociones para que así no podamos actuar bien.
La clave está en no tomar las agresiones verbales como algo personal.
El método utilizado para establecer vínculos emocionales positivos se realiza a través de técnicas sofrológicas. Para los que nunca han oído hablar de la sofrología, es una ciencia que se encargar de estudiar los cambios de conciencia en los seres humanos. Por medio de esta se puede tener un mayor conocimiento de nosotros mismos y encontrar un equilibrio emocional gracias a 3 principios:
1- El control de nuestro esquema corporal a través de la relajación.
2- El principio de acción y pensamientos positivos que van a alejar los aspectos negativos de un problema a través del subconsciente.
3- El principio de realidad objetiva que tiene por meta sentir su propio estado de conciencia para remodelar el subconsciente de manera positiva.
Asociar estos pensamientos positivos y el estado físico de relajación para que pueda ser usado en cualquier momento.
¿Cómo podemos relajarnos?
Hace unos días he subido un artículo llamado "La importancia de la comunicación efectiva", donde hago alusión a una técnica de respiración por la cual obtendremos relajación (los invito a leerla y releerla si es necesario). Es necesario además contar con el estado mushin en todo momento.
Una vez que hemos logrado la relajación, lo que podemos hacer en una situación de tensión es realizar una pausa y callar ya que es imposible pensar con claridad si hablamos y caemos bajo la influencia del enojo y la ira. Que hagamos esta pausa y callemos por unos cuantos segundos serán suficientes para disipar una serie de cambios químicos relacionados con la ira y el enojo y, de esta manera, pensar claramente.
Todos podemos encontrarnos con personas que no estén pasando un buen día, que no tengan el mejor humor, que no tengan un buen carácter y que planeen agredirnos verbalmente. Debemos tomar ventaja del agresor y no caer en su trampa, más de una vez nos habremos arrepentido por haber reaccionado mal ante una situación donde se nos mostró desprecio, o fuimos agredidos verbalmente y fue porque nuestro cerebro emocional fue mucho más rápido que nuestro cerebro racional.
Lo que podemos hacer es utilizar las palabras ofensivas en beneficio propio, esquivar la agresión, redirigirla y abrir la mente de su audiencia hacia lo que es de su interés. Es obvio que a nadie le gusta ser criticado en ningún ámbito de la vida, pero reaccionar ante ella en vez de responder con cordura no ayudará en absoluto a resolver la situación a menos que asumamos que las críticas pueden ser un salto para conseguir nuestros objetivos. Esto se logra cuando asumimos que si las críticas son injustas, que no tienen importancia y que no se les debe prestar atención. Sí la crítica se justifica, aunque no nos agrade, a la larga será positiva y constructiva. Es separa la actitud del problema, centrarse en nuestros intereses y objetivos y no en las posiciones.
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